PRIMERO FUE EL SECUESTRO, LUEGO LA EXTORSIÓN: INICIA JUICIO CONTRA OTRO SOSPECHOSO. Capítulo 2

POR  ANDRÉS RESILLAS//CAPITULO 2

Una vez que la familia de Teresa pagó el rescate, regresó a su casa. Golpeada, humillada y violada. No tuvieron compasión de ella. Cinco días duró el infierno para Teresa.

En un intento para que la liberaran, Teresa les contó a sus secuestradores que tenía en su poder 200 mil pesos que una caja de ahorro le prestaría para ampliar la farmacia que tenía en sociedad con sus hermanos.

Pero todavía no se los entregaban, los estaba tramitando, pero era cuestión sólo de que ella firmara los papeles.

Todavía no transcurrían cuatro días después de la liberación de Teresa cuando los secuestradores volvieron a llamar por teléfono. Exigían los 200 mil pesos, pues de lo contrario secuestrarían a otro miembro de la familia.

Mariana se hizo cargo nuevamente de las negociaciones y acudieron con la Procuraduría de Justicia para que les apoyara. El agente Santos retomó el caso; ya tenía algunas pistas de los secuestradores.

Dijo Mariana que al estar hablando con uno de los plagiarios, él le mencionó muy familiarmente la calle donde vivían: “sí, vamos a ir por una de ustedes a la Galeana”. Entonces Mariana lo enfrentó: “¡Ha entonces tú eres de aquí, del pueblo!”

“Qué te importa pinche vieja, tú haz lo que te digo”, le refutó el delincuente.

El agente Santos les recomendó aceptar las condiciones de la extorsión. Les explicó que ahora sí actuarían.

Desde que ocurrió el secuestro de Teresa, la policía y la familia estuvieron grabando todas las conversaciones con los plagiarios. Ya tenían diferenciadas las tres voces de los tres sujetos que habían intervenido en el secuestro.

Los extorsionadores hablaron para indicarles dónde dejarían el dinero. Los 200 mil pesos deberían de ir en dos fajos de billetes envueltos en papel aluminio, dentro de una bolsa de plástico. Así lo hicieron. Pero la policía tenía su propio plan: en lugar de billetes, pusieron papel periódico recortado.

Aparentaron que eran los 200 mil pesos poniendo sólo algunos billetes de 500.

Ahora los delincuentes les indicaron que se fueran rumbo a Zinapécuaro. Que en la entrada, por la carretera, ubicaran un taller de parabrisas; enfrente había una brecha que deberían de tomar, avanzarían medio kilómetro y encontrarían una casa en construcción: ahí dejarían el dinero.

Jorge relató que siguieron las instrucciones de los malhechores; pero debido al operativo de la policía se tardaron; el agente Santos coordinó todas las acciones.

Jorge y el policía Santos encontraron la brecha, avanzaron y en poco tiempo divisaron la casa en construcción; Jorge se bajó de la camioneta y aventó el paquete.

Se retiraron de inmediato y Santos le ordenó a Jorge que se colocara en la parte trasera de la camioneta y que no saliera, pues era probable que se registrara un enfrentamiento a balazos con los extorsionadores.

El operativo duró más de una hora, pero rindió sus frutos: la policía logró aprehender a dos sujetos que llegaron a recoger la bolsa con el paquete. El primero, un hombre mayor de 60 años y el otro un joven menor de edad.

La familia de Teresa descansó. Al parecer la pesadilla había terminado, pero algunos de ellos como Mariana y Jorge sabía que faltaban las dos voces jóvenes que los estuvieron presionando e insultando.

El detenido por la policía respondía al nombre de Juan Manuel E., de 62 años de edad, vecino de Zinapécuaro y al joven menor de edad, con iniciales G.P.

Las investigaciones siguieron. El agente Santos sabía que otros dos miembros de la banda estaban prófugos y eran los cabecillas. Comenzó a armar el rompecabezas. Varios meses después, ya tenía ubicado a otro sospechoso.

El policía recabó los indicios suficientes para solicitarle a un juez la orden de aprehensión, la consiguió y en otro operativo capturó a Omar R. quien resultó ser vecino del mismo pueblo donde viven Teresa y su familia.

Ahora Omar R., enfrenta un juicio oral por los delitos de secuestro y extorsión, entre otros.

El juicio apenas comienza. Las acusaciones son graves. Veremos más adelante que sucede y claro que se lo contaremos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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