“No son los deberes lo que quitan a un hombre la independencia, son los compromisos”… Louis de Bonald (1754 – 1840). Filósofo y político francés.
Por tratarse de un Presidente de Morelia, que ganó como “independiente”, es decir, sin el cobijo de un partido político, Alfonso Martínez Alcázar atrajo los reflectores, incluso nacionales, desde el primer día de su administración.
La expectativa ciudadana era y se mantiene alta, muchos imaginaron que sería una administración significativamente mejor a lo que se conocía, y aunque hay logros, lo cierto es que no ha alcanzado a incidir contundentemente en la percepción ciudadana. Y sin embargo, el comportamiento de la clase partidista moreliana y estatal, advierte que Martínez Alcázar será un complicado contendiente en el próximo proceso electoral, donde seguramente intentará reelegirse.
Ante el revés que se avecina en el Congreso del estado en el tema de la privatización del alumbrado público, el alcalde independiente deberá redoblar esfuerzos para sentar precedentes y difundirlos correctamente, si quiere mantener vivas sus aspiraciones.
No puede hacer oídos sordos a la constante crítica que recibe en reuniones con diversos grupos sociales, contra varios funcionarios, pero en especial contra Antonio Plaza Urbina, quien cotidianamente lo pone contra las cuerdas, como sucedió con el tema del Puente de Vicente Santamaría, más aún ahora que varios de sus regidores le han dado la espalda.
Uno de los grandes compromisos de Alfonso Martínez fue el de gobernar con transparencia, lo que ha logrado en algunas áreas, como difundir las sesiones del Cabildo por redes sociales, lograr que quienes integran el gabinete presentaran sus declaraciones patrimonial, de conflicto de interés y fiscal, en la plataforma ciudadana 3 de 3, así como el compromiso de publicitar en el Portal de Internet del Ayuntamiento capitalino, a partir de la próxima semana, más de 500 obras con todos los datos pertinentes, algo que hasta el momento no tiene precedentes.
Y sin embargo, le ha faltado trabajar con una transparencia brutal, que publicite incluso, cuánto se gastó en su evento en el Teatro Morelos, con motivo de su segundo informe de labores. O mejor aún, le faltó incluir en dicho evento la Sesión Solemne para que también tuvieran su oportunidad de fijar postura en igualdad de circunstancias, los regidores. Con ello, habría hecho las cosas diferentes a como lo ha marcado el rancio esquema partidista, que lamentablemente repitió el Independiente.
Martínez Alcázar dispone de 4 meses para comunicar y hacerle sentir a los morelianos, con datos duros, que pasar de 160 a 420 policías morelianos acreditados, ha dado resultados y la incidencia delictiva, sobre todo el robo de autos, a casas habitación y transeúntes, ha bajado.
Tras el intento fallido de las Fotomultas y el inminente rechazo de los diputados locales a avalar la privatización del alumbrado público, tiene unos 130 días para sacar otro as de la manga que le permita dejar claro que sin el respaldo de partidos políticos, es posible gobernar de mejor manera.
Debe ser un tiempo de ajustes y retomar impulso porque indudablemente la crítica a su administración será contundente desde todos los partidos políticos y una sociedad moreliana que también sigue a la espera de la rendición de cuentas, donde la actual administración ha quedado a deber.
En fin, no resta más que esperar a ver por qué apuesta Alfonso Martínez en los próximos 4 meses, previo a que tome su decisión de buscar, como seguramente lo hará, la reelección. Debe tener presente que su responsabilidad es alta, incluso en el ámbito de la esperanza que aún se mantiene, en que los candidatos independientes, pese a los obstáculos partidistas, son una opción.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.